Solo tres de cada diez mujeres estudian una carrera relacionada con la tecnología

A pesar de su constante crecimiento, la presencia de mujeres en industrias de desarrollo de software y servicios informáticos es minoritaria. Barreras culturales, ausencia de referentes femeninas en el sector y condiciones salariales desiguales respecto a los varones son algunos de los factores que explican este fenómeno.

Por Paula Rodríguez, voluntaria Fundación PROEM.

El mercado tecnológico está creciendo a pasos agigantados. En Argentina se estima que este año tres de cada diez puestos en empresas de tecnología quedarán sin cubrir. Podría creerse que con tantos puestos vacantes, el desempleo no debería ser un problema. Sin embargo, esto no es así, especialmente cuando de trabajadoras mujeres se trata. Un estudio de CEPAL (2019) aseguró que en América Latina sólo dos de cada diez mujeres estudian carreras de ciencia, tecnología, ingeniería o matemática, y en Argentina solo tres de cada diez. Sin embargo, siete de cada diez mujeres alguna vez pensaron en estudiar esas carreras. ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué quedaron en el camino?

En primer lugar están los estereotipos de género relacionados con las ciencias duras. Según la investigación “Un potencial con barreras”, realizada por INTAL-BID y Chicas en Tecnología, las mujeres que deciden una trayectoria formativa y laboral en este campo enfrentan barreras basadas en estereotipos familiares y sociales. Además, muchas mujeres admiten vivir situaciones de discriminación por parte de sus profesores y compañeros. Desde siempre se ha relacionado a las mujeres con la sensibilidad, lo maternal, con carreras más sociales o de educadoras, y es por esto que en el campo de las ciencias duras sigue el prejuicio de ver a la mujer como una impostora, que seguro llegó a ese lugar por acomodo o por suerte, pero no porque sea capaz. Estos estereotipos provienen de múltiples factores, pero como ejemplo podemos destacar los roles que se le asigna a cada género en las publicidades, sobre todo de los más chicos: niños mecánicos, constructores, luchadores y niñas madres, cocineras o princesas.

Otro factor importante a remarcar es que no tenemos a mujeres como referentes de innovación en tecnología. Es más, si nos piden que pensemos en los grandes de la ciencia, pensamos en Charles Darwin o Alexander Fleming, o más contemporáneos en el campo de la tecnología, en Bill Gates o Mark Zuckemberg. Uno no puede admirar lo que no ve, por eso es importante visibilizar a las mujeres que hoy forman parte de los equipos que crean tecnología para que otras niñas y mujeres sientan que pueden ser como ellas.

Por otro lado, las mujeres que logran egresar de alguna de estas carreras, siguen encontrando dificultades para desarrollarse en el mercado laboral, ya que solo el 30% de los puestos en tecnología están cubiertos por mujeres, y la brecha salarial es del 25%. En líneas más generales, en América Latina el 50% de las mujeres está fuera del mercado laboral, y solo el 25% tiene roles de cargos directivos en empresas. Esto está directamente relacionado con su rol dentro del hogar, ya que las mujeres dedican tres veces más tiempo a las tareas domésticas y de cuidado. Las estadísticas dan cuenta de que la posibilidad de una mujer de quedar desempleada luego de tener a su primer hijo es del 25%, y este porcentaje va en aumento a partir del segundo hijo en adelante. Por esta razón, muchas mujeres pasan a formar parte de la economía informal. En la actualidad, un 37% de trabajadoras tienen un empleo no registrado, mientras que para los hombres esta tasa desciende al 32,1%. En el mundo 4 de cada 10 emprendimientos son desarrollados y liderados por mujeres.

Ante este panorama, Fundación PROEM brinda capacitación y asistencia para lograr la sustentabilidad de sus proyectos, y otorga acceso a microcréditos a tasa cero para poner en marcha el sueño del negocio propio. También desarrolla programas de empleabilidad orientados a potenciar el liderazgo femenino en el mundo del trabajo, combinando herramientas de inserción laboral con una mirada de género, para facilitar el desarrollo de las mujeres en igualdad de condiciones.

PROEM está comprometido en impulsar emprendimientos gestionados por mujeres en barrios postergados, acercar oportunidades laborales, enseñar oficios y potenciar la enseñanza de habilidades digitales, para impulsar la inserción femenina en industrias de tecnología, sobre todo de jóvenes entre 18 y 24 años pertenecientes a sectores vulnerables, ya que son las que más sufren las consecuencias de no poder acceder a un empleo formal.

Desde el inicio de la cuarentena, Fundación PROEM capacitó a más de 120 jóvenes de menores recursos a través de talleres online. Desarrollo web, testing de software, programación Python, gestión de bases de datos, metodologías ágiles y análisis funcional son algunos de los ejes abordados por la entidad en sus formaciones a distancia. Los talleres de oficios digitales desarrollados por PROEM duran tres meses aproximadamente, son totalmente gratuitos y, en general, no requieren conocimientos previos. Además de impulsar la formación de los jóvenes, la entidad desarrolla tutorías, talleres de armado de curriculum, estrategias para la búsqueda de empleo y nexos con empresas para impulsar su integración al mercado de trabajo.

 

Foto: Misionesonline

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