Desde el 2018 el kilogramo cambiará su definición junto a otras tres unidades básicas del Sistema Internacional de Unidades (SI) para que no dependan (como ocurre hoy) de artefactos físicos, propiedades de materiales o experimentos teóricos irrealizables.
«La lógica es que, a partir de esta redefinición, todas las unidades de base del SI estén basadas en constantes fundamentales de la naturaleza», dijo a la Agencia CyTA-Leloir el ingeniero Héctor Laiz, presidente del Sistema Internacional de Metrología y miembro del BIPM, el organismo que dispondrá los cambios en noviembre de 2018 para que puedan tener vigencia a partir de mayo de 2019. «Existe un amplio consenso para que ocurra», añadió.
Las unidades que van a experimentar esa transformación son el kilogramo (masa), el kelvin (temperatura), el ampere (corriente eléctrica) y el mol (cantidad de materia). En todos los casos, serán definidos a partir de la asignación de un valor a constantes de la naturaleza: la constante de Planck para el kilogramo; la carga de un electrón para el ampere; la constante de Boltzmann para el kelvin; y el número de Avogadro para el mol.
Si piensas en las oportunidades que se abren, es una suerte de revolución para científicos y tecnólogos que serán capaces de usar nuevos métodos que permitan poner en marcha mejores mediciones en el futuro», dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Martin Milton, un físico inglés que dirige el BIMP desde enero de 2013 y que vino al país para participar de un seminario sobre metrología en el INTI.
(Fuente: Agencia CyTA-Fundación Leloir)