Cada 10 de abril se celebra el Día del Investigador Científico en conmemoración al nacimiento del doctor Bernardo Houssay, eminente científico argentino ganador del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1947 y cofundador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Su trayectoria marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia en nuestro país y catapultó el interés por la investigación nacional.
Actualmente, la UNR cuenta con 3531 investigadores, donde se destaca la presencia de un 60% de mujeres dentro de este grupo. En este marco, diversos investigadores e investigadoras de la institución reflexionaron sobre cuáles fueron las motivaciones personales que las y los llevaron a elegir este camino, los objetivos que conlleva la tarea y las virtudes que se deben reunir para afrontar el desafío.
¿Qué significa ser investigador?
No todos los que se encargan de investigar decidieron encarar esta vocación por la misma razón. Muchas veces las motivaciones vienen aparejadas por el contexto en el que uno se desarrolla, por la presencia de algún hecho que enciende la chispa de la curiosidad o por un cúmulo de experiencias vividas a lo largo del tiempo. Lo que sí está claro, independientemente de la causa, es que convertirse en investigador es una decisión de vida.
“Cuando se piensa en que es ser investigador, lo primero que viene a la mente es, aquel que se hace preguntas, que busca. Yo creo que va más allá, ser investigadores es una forma de relacionarse con el mundo. Querer saber para transformar, construir conocimiento sobre ciertos temas de interés”, explicó la Doctora en Comunicación Social Elena Gasparri, actual responsable del Área de Ciencia, Tecnología e Innovación de la UNR.
El Vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET y profesor de la UNR, Roberto Rivarola, afirmó que ser investigador es un estilo de vida y que no se puede serlo a medio tiempo. “Ser investigador significa hacerlo full time, uno no tiene horarios en los que se saca eso de encima. A veces se piensa que por hacer una carrera universitaria se sabe mucho sobre determinados temas, y luego te das cuenta que en el mundo hay muchas preguntas aún sin respuestas”.
“Me aboqué al estudio de la semiótica, una rama de letras que nadie tocaba en ese entonces y la elegí porque era la que me permitía trabajar en el implícito, en la doble lectura y qué lugar ocupa el signo. Ser investigador significa indagar en aquellas inquietudes que no tienen respuesta, porque cada una está vinculada con la época determinada donde se ubique, lo que provoca que puedan existir múltiples miradas de un mismo objeto”, comentó la docente e investigadora OIga Corna, referente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
Alejandro Vila, quién hasta hace poco fue director del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y recientemente incorporado como miembro de la Academia Nacional de Ciencias, definió al investigador como un caminante que está parado en la intersección de tres caminos: la expresión cultural de lo que se sabe sobre el mundo, la búsqueda de claves para explicar lo desconocido, y el desarrollo de nuevas herramientas para mejorar la calidad de vida. “Como investigadores vamos recorriendo esos tres caminos que no son antagónicos, sino totalmente complementarios. Hemos sido testigos el último año del impacto que ha tenido la ciencia, y si bien muchos ya eran conscientes de las tareas que desempeña un investigador, ahora se está viendo día a día el compromiso de la comunidad científica con lo que nos pasa”.
“Mi contacto se remonta a mi proyecto final de la carrera. Estaban buscando estudiantes para encarar un proyecto y fortuitamente yo estaba esperando una consulta de una materia en el andén de La Siberia. Ahí fue cuando ingresé al mundo de la investigación, en un espacio muy propicio para eso porque lo que no está establecido en los manuales, lo desarrollamos”, confesó la Ingeniera Civil Virgina Pacini, quien en la actualidad es Directora del Centro de Ingeniería Sanitaria de la Universidad.
¿Para qué investigar?
Sergio Montico, Director del Centro de Estudios Territoriales de la Facultad de Ciencias Agrarias, hizo énfasis en que la investigación es solo una parte de un amplio proceso que se combina con la docencia y la extensión. “No tengo dudas que uno de los objetivos de la investigación es mejorar la calidad de vida de las personas. Nuestra llama cotidiana, lo que nos hace levantarnos todos los días, es encontrar soluciones para mejorarle la vida a las personas, desde nuestra área disciplinar. Las problemáticas son nuestras motivaciones diarias”.
En ese sentido, Pacini agregó que para seleccionar el objeto de investigación es necesario tener presente que se está haciendo ese trabajo para el bienestar de la población. “Desde hace años me enfoco en el desarrollo de sistemas de potabilización de agua con tecnologías apropiadas para remoción de elementos como el arsénico e investigación aplicada desde las necesidades de la gente con la posibilidad de hacer una transferencia inmediata y directa. Debemos entender que los problemas surgen desde las necesidades y eso nos da a los investigadores un incentivo”.
“Es importante hacer investigación para que seamos un país independiente. Está probado en los países desarrollados que son los que más invierten en las Universidades y en los institutos y eso hace que se pueda transferir al sector privado y se creen nuevos trabajos, afirmó el Dr. Diego de Mendoza, Profesor Honorario de la UNR y miembro de la Academia Nacional de Ciencias.
Guillermo Fantoni, director del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano de la Facultad de Humanidades y Artes, aseguró que la investigación es un camino que atraviesa múltiples aspectos de la persona y con el paso del tiempo se van descubriendo nuevas perspectivas y horizontes. “Evidentemente uno madura con el paso del tiempo y está predispuesto a ver eso que antes no veía. No es el mismo el que investiga en cada momento, y en el medio muchas veces llevamos adelante otras investigaciones que ayudan a crecer y agudizar la mirada, lo que permite que luego retornamos con otras experiencias para poder darle una nueva relectura”.
“Ser científico implica un compromiso con la comunidad para transferir nuestro conocimiento y el espíritu crítico que permite que tengamos una sociedad más educada para contrarrestar movimientos como el de los terraplanistas o antivacunas que empobrecen la calidad del debate. Debemos tener una tarea docente no sólo en las aulas sino de cara a la comunidad entera”, aseguró Vila.
Stella Maris de Martinez, Coordinadora del Comité de Ética de la Investigación de la UNR, subrayó que uno de los aspectos fundamentales que tiene que tener en cuenta el investigador a la hora de llevar a cabo su oficio es la ética, ya que es necesaria para construir una ciencia comprometida con su tiempo. “La palabra bioética deriva del querer impregnar a la ciencia dura de conciencia. Es necesario poder reflexionar sobre la práctica, cosa no siempre es habitual en la profesión. Tenemos que fortalecer las propiedades humanísticas del oficio para ser mejores investigadores. Siempre que se investiga hay que pensar el porque estamos haciéndolo y el para qué”.
Un mensaje para los más jóvenes
Cientos de jóvenes colaboran y se forman continuamente con el objetivo de seguir impulsando el desarrollo científico de la Universidad. ¿Qué aspectos deben tener en cuenta para crecer como investigadores?
Diego de Mendoza argumentó que uno de sus mayores logros fue el ayudar en la formación de jóvenes investigadores, lo que consideró un aporte desde la ciencia a las generaciones futuras. “A un joven que quiera dedicarse a la ciencia, le diría que tiene que tener mucha motivación, que la inteligencia es necesaria pero lo es más la pasión y dedicación exclusiva”.
Montico entiende que la extensión es algo necesario para el investigador porque no sólo suma mucho en el ámbito personal sino también a la sociedad. “Hay un feedback con el territorio que genera una motivación permanente para la investigación. Hacerlo genera preguntas, dudas y abre la percepción a nuevos mundos y saberes. El investigador debe contemplar e incorporar esta faceta para poder llevar la ciencia y la universidad a la comunidad”.
Por último, Alejandro Vila resaltó que toda persona es un científico en potencia porque somos curiosos por naturaleza. “Hay que estimular el científico que todos tenemos adentro. Algunos podremos hacerlo profesionalmente, otros de manera ocasional, pero es importante para encontrar respuestas a lo que sucede en nuestra vida cotidiana”.
Fuente: UNR